sábado, 29 de octubre de 2011

PENSAMIENTO ROMANO

El inicio de la filosofía en Roma tiene que ver con la llegada de los primeros esclavos griegos. Hacia el 262 empiezan a llegar los griegos. Pero hasta entonces los romanos habían tenido contacto con Grecia, a través de Etruria y las colonias. Esta también es la época en la que llega la literatura. Hasta este momento había poco lugar para filosofía.

“Cada uno es artífice de su propia fortuna”

Cuando empiezan a llegar los primeros textos filosóficos, la actitud de los romanos es de cierto rechazo. En el año 181 a. C: el Senado ordenó que se quemaran los “libros de Numa”, ya que había cosas que no se entendían: filosofía. Hacia el 161, Grecia envió a tres filósofos para que negociaran una deuda que había con Roma. Allí acudieron un platónico, un estoico y un aristotélico. Estos tres filósofos se dedicaron a dar lecciones de filosofía, con bastante éxito. Por miedo a lo nuevo y la influencia que tenían en la juventud, estos filósofos fueron expulsados de Roma. Pero parece claro que su influencia fue imparable y hacia el siglo II llegan nuevos filósofos que no serán expulsados y sentaran las bases de la nueva política y la nueva educación.

No existen grandes avances en estudios específicamente económicos durante el esplendor del imperio romano.

El pensamiento social romano se caracterizó por el deseo de retornar a condiciones más primitivas, una gran estimación por la agricultura, una rigurosa condena hacia las formas más recientes de ganar dinero, y el ataque a los latifundios. El único cambio importante respecto al pensamiento griego, es que desaparece la justificación de la esclavitud. La esclavitud se estaba convirtiendo en una forma antieconómica de trabajo; luego de las conquistas, la oferta de esclavos era cada vez más escasa.

La clase gobernante perdió poder económico, los plebeyos se veían oprimidos por los elevados impuestos y el ejército se debilitó frente a provincias lejanas, conduciendo a la caída del imperio.

El gran avance romano fue el Derecho Romano (base de todas las transacciones económicas) y su papel en la propiedad privada. Si bien la institución de la propiedad privada se remonta a la prehistoria, fue el Derecho Romano el que otorgó a la propiedad su identidad formal y a su poseedor el dominium, es decir, los derechos que hoy se dan por supuestos. Estos derechos eran sumamente amplios: abarcaban no sólo el uso y el disfrute, sino también el mal uso y el abuso. A partir de entonces, toda intromisión ajena, incluida la del estado, no podría justificarse sin alegar alguna justificación.

La Edad Antigua termina con la invasión de los bárbaros y la destrucción del Imperio Romano de Occidente, dando lugar a la Edad Media.

Durante la Edad Media hay una gran influencia del pensamiento cristiano. La Cristiandad tuvo tres efectos duraderos:

1) A través del ejemplo que sentó (Jesucristo y sus apóstoles eran agricultores o artesanos) demostró la inexistencia de un derecho divino de los privilegiados; el poder podía tenerlo gente que trabajaba con las manos.

2) A través de creencias y actitudes sociales que inculcó (principio de igualdad de todos los seres humanos) resultó inevitablemente sospechosa la riqueza como elemento diferenciador entre hermanos y como fuente de poder, prestigio y goces desiguales. Se suscitaron a raíz de ello problemas relativos a la institución de la esclavitud. Aquí se ve de nuevo la importancia de la ética y su preeminencia sobre la economía.

3) Por medio de las leyes económicas específicas que tuvo que apoyar, se condenó al préstamo con interés. Se consideraba que el trabajo, como factor de producción, era en sí algo bueno; se estimaba que el trabajador era digno de su salario; y no se criticaba con severidad la renta del terrateniente. Pero la doctrina cristiana primitiva condenaba seriamente el cobro de intereses, considerándolo una extorsión

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