sábado, 29 de octubre de 2011

PENSAMIENTO GRIEGO Y SUS PRINCIPALES AUTORES

Los griegos fueron los primeros en intentar descubrir las intimidades del funcionamiento de la economía, representados por filósofos como Hesiodo, Jenofonte, Platón y Aristóteles, fue gracias al primero que se inicia esta gran carrera ya que Hesiodo encontraba muy obvio que la escasez no correspondía a la interacción de los deseos de las personas y la existencia de recursos sino que daba por hecho que este era un maleficio desatado sobre la humanidad gracias a la irresponsable apertura del cofre de Pandora; Esto nos da a entender la poca conciencia que del mercado tenían estos escritores, el cómo muchos otros de los filósofos griegos era de origen y de estilo de vida campesino, y por tanto se interesaban por los problemas de la eficiencia entendida esta como el rendimiento que pueda lograrse de los insumos para que resultara la mayor cantidad de producto. Y ya que eran sociedades de autoconsumo familiar no se interesaban por los agregados como la eficiencia de la sociedad.
En la época micénica, la religión y la filosofía tenían una relación muy estrecha entre sí. A partir del siglo XII 12, debido al avance de las tribus dóricas, el período micénico se rompe. Luego de dicha ocupación se termina la monarquía y ocurre un profundo cambio político y social. Ello repercute fuertemente en el hombre griego, modificando su universo espiritual y sus actitudes psicológicas.
Gracias a la ruptura de la monarquía, Grecia volvió a relacionarse con Oriente, esto sentó las bases del régimen democrático de la polis griega.
Debido a cómo estaba organizado el sistema político dentro de la polis, que surgió con la caída de la monarquía, es que se deja de lado el mito para dar lugar al nacimiento del pensamiento racional.
La Grecia del s.VI AC , aún subdividida en “Polis”, se ve atormentada por un período de crisis que comprende un momento fundamental en la historia social. Esta crisis, iniciada a fines del siglo VII AC  plagada de conflictos internos de raíz económica se extiende a planos religiosos y morales llevando a los griegos a poner en cuestión todo su sistema de valores, constituyendo un ataque al orden mismo del mundo. Se producen reformas en cuanto al derecho y la vida social, y en el ámbito intelectual se buscan elaborar las nociones de una nueva ética. Se podría decir que esta crisis llevó en definitiva al nacimiento de una reflexión moral y política entre los griegos para encarar los problemas en su organización.
Las transformaciones económicas se deben a la reanudación y el desarrollo de contactos con Oriente, de esta forma el Mediterráneo se convierte en eje del comercio marítimo y en principal vía de comunicación. La expansión griega en el Mediterráneo tiene además de objetivos económicos de intercambio y comercio, la necesidad de tierras para suplir las exigencias del avance demográfico. Paralelamente con el esplendor del comercio del oro que implicaba a ciertos sectores, seducidos por el lujo y la ostentación de la riqueza por influencia de Oriente, surgen los problemas de índole social en los que los comerciantes ricos extienden sus empresas a expensas de las colectividades aldeanas. En rechazo a esta situación aparecen las reformas que buscan una organización con aspiraciones comunitarias e igualitarias, sometiendo las ambiciones y las voluntades de poder a una regla general cuya obligación se aplique por igual a todos.
No obstante que los pueblos que precedieron a los griegos -como los de América, Asia y África- desarrollaron un sistema económico e hicieron aportes a la ciencia, es poco lo que de ellos se conoce o se ha incorporado a la historia del pensamiento económico. Los aportes de los griegos también se hubieran perdido si no es por los Árabes que los conservaron hasta cuando fue posible que los europeos los utilizaran para impulsar esa explosión cultural que se conoció como el renacimiento, que no es otra cosa que el rescate del aporte de los griegos a la filosofía y a las artes.
Los griegos de los siglos V y VI hicieron una aproximación racional a la economía fundamentada en principios éticos y en teorías antropocéntricas (donde el hombre es el centro del Universo). Como se podrá observar, los griegos discutieron ideas que hoy reconocemos como muy modernas; la misma palabra economía surge de los antiguos griegos y significaba ―hombre administrador, refiriéndose a los asuntos domésticos. Por esta razón nos parecerán muy familiares el cálculo hedonístico, el valor subjetivo, la utilidad marginal decreciente, la eficiencia, la asignación de recursos, la especialización y división del trabajo como la fuente de la eficiencia y productividad, la función reguladora y redistribuidora del Estado, la discusión sobre el aporte del individualismo y las funciones del dinero. En resumen, no obstante que economía griega era predominantemente agrícola, los griegos se aproximaron a lo que hoy llamamos ciencia económica.

Autores importantes
1. Jenofonte (430 a.C. - 355 a.C.)
Jenofonte fue un filósofo, militar, político e historiador discípulo de Sócrates. Su libro Anabasis se usa en la actualidad como un buen ejemplo de la forma de escribir historia. Su pensamiento sobre economía lo registró precisamente en un libro con ese nombre, oekonomicus, un tratado sobre la administración del patrimonio, labor particularmente a cargo de mujeres. En este libro presenta una detallada información de cómo organizar la casa, entrenar y administrar la servidumbre, almacenar vino y alimentos. Si la economía puede definirse como la ciencia que estudia la administración de los recursos, tal como lo hace Wicksteed, desde la óptica de esta definición de economía Jenofonte debe ser considerado uno de los primeros economistas.
Jenofonte centró su trabajo en el buen liderazgo y en la capacidad humana como la principal variable para la administración. Según este autor para lograr excedentes económicos en la familia, la ciudad o el Estado, se necesita habilidad, orden y división del trabajo. Para Jenofonte el líder es el individuo que, motivado por su egoísmo y su inteligencia, con su capacidad de organización se sobrepone a las fuerzas de la naturaleza para extraer de esta lo que es necesario para satisfacer las necesidades. Estos preceptos fueron adoptados más adelante por la corriente hedonista y sirvió de base a la teoría subjetiva del valor que luego se convertiría en preceptos importantes para la economía neoclásica. Al respecto Jenofonte expuso el ejemplo del hombre que al ver varios platos de comida en su mesa tiene una sensación de hartazgo que lo obliga a llevar una vida moderada, la que en opinión es la mejor forma de vivir. Resalta entonces la idea de que un objeto es un bien para el individuo que lo necesita, es decir que tiene un valor de uso, otro concepto que será incorporado a la economía moderna a través de Smith y de Marx
Jenofonte, como más tarde lo haría Smith, afirmó que el aumento de la cantidad y calidad de los bienes se origina en la división técnica del trabajo y que esta división estaba limitada por el tamaño del mercado.
Fiel a su imperativo ético, expuso que para que un intercambio sea justo debe ser voluntario.
2. Platón (428 ac 347 ac)
Platón analizó toda la estructura política y económica del Estado. Con Jenofonte compartieron la idea de que el ser humano es la variable fundamental de la economía política. El interés platónico era la óptima combinación de gobierno y economía; en este punto para Platón el Estado óptimo es una situación rígida, estática e ideal y cualquier cambio es considerado como regresivo.
Platón también reconoce la especialización y división del trabajo expuesta por Jenofonte como fuente fundamental para lograr mayor eficiencia y productividad, pero lo extiende a la división en clases (división social del trabajo). Aborda el tema de la circulación de los bienes y concluye que se realiza a través del mercado y que se usa el dinero como medio de intercambio. Sin embargo este mercado debe ser regulado por el Estado de acuerdo a principios matemáticos y recurriendo a las costumbres para mantener constantes la proporción en que se distribuye el ingreso. En este modelo la moneda única servía para controlar problemas distributivos causados por de la usura.
A diferencia de Jenofonte, para Platón el interés individual no sirve para maximizar el beneficio humano pues rompe la estabilidad; incluso, consideraba al comercio como una actividad improductiva y rechazó por antiética la usura y el beneficio comercial. Platón veía en el liderazgo sabio la concertación de gobernantes como puntos indispensables para que el estado pudiera llegar a la eficiencia. Además Platón concebía al Estado autoritario y coercitivo como la única medida que se podía llegar a un bienestar social.
3. Aristóteles (384 ac – 322 ac)
Aristóteles fue el pensador griego que más aportes hizo a la economía y el que más se acercó a las ideas que se conciben hoy en día como ciencia económica, para la que usó la palabra crematística.
El sujeto económico aristotélico, o el agente representativo como lo dirían los neoclásicos, es un patriarca rural esclavista que busca la felicidad; por eso la finalidad de la producción es el consumo y no el comercio, aunque éste es necesario para adquirir otros bienes que satisfagan necesidades y lograr la independencia de la casa o autarquía. Esta independencia económica asegura que se disponga del tiempo libre para realizar ideal grecolatino de virtud participando en los asuntos de la polis y a la vida contemplativa. Como lo diría Amartya Sen, el objetivo es la libertad.
Al igual que Platón, percibe al individuo como parte consustancial de una sociedad, el hombre es un animal social, es parte de la polis; pero a diferencia de Platón defiende la propiedad privada para todas las clases, excepto para los esclavos que no son otra cosa que un instrumento económico.
Sus ideas sobre economía las expresó dentro del contexto de la ética y creía que esta ética debía responder a un orden natural. Para Aristóteles la moral debe adecuarse a las leyes de la naturaleza y su aspecto central es la justicia en términos de igualdad. Reconoce dos tipos de justicia, la distributiva que tiene que ver con la igualdad en la distribución de la propiedad y del ingreso; y la correctiva o conmutativa, relacionada con la equidad en los intercambios
Aristóteles considera que la distribución de partes iguales entre personas desiguales sería injusta, de ahí que la sociedad debe recompensar a los individuos en función de su mérito; por esta razón los más capaces intelectualmente deben recibir más por el mayor esfuerzo dedicado a su formación. En esta tesis se puede observar un antecedente de la teoría actual del capital humano. Los intercambios se dan por necesidad y la justicia correctiva debe subsanar las desigualdades que pueden ocurrir en los intercambios, sean involuntarios o no. La justicia correctiva o equidad queda asegurada cuando se intercambian mercancías de igual valor, sea este en dinero o en especie. Este tipo de justicia condujo a Aristóteles a pensar sobre el dinero como unidad de medida que permite comparar el valor de las mercancías y hacerlas intercambiables, e, incluso, guardar valor para realizar compras futuras.
Aristóteles avanzó un poco más su teoría del valor diferenciando entre valor de uso y valor de cambio, definida la primera como la capacidad que tienen una mercancía de satisfacer una necesidad mediante el consumo, y la segunda como la capacidad de ser entregada a cambio de otra mercancía. Los intercambios dirigidos a lograr o completar la autosuficiencia constituyen la crematística natural o necesaria y son justos (equitativo) cuando satisfacen las necesidades naturales personales o colectivas. Los intercambios que sólo persiguen la acumulación de dinero, una mercancía que sólo tiene valor de cambio, son reprobables por injustos (desiguales); son actividades que no generan verdadera riqueza porque se hace a costa de los demás y confunden los medios con los fines. La acumulación del dinero es precisamente el tema de la crematística antinatural.
Aristóteles tiene algo más que decir sobre aquellos que persiguen el lucro mediante un deseo insaciable de acumulación de riqueza: quienes hacen dinero viven esclavos de su afición pues como la acumulación de dinero no tiene límite consume el tiempo y la energía disponible, se convierte en un fin en sí mismo y desplaza las actividades que aseguran una buena vida. Además, como el préstamo no puede existir sin acumulación, el interés que se cobra por él resulta injusto pues no existe razón natural para que el valor del dinero aumente pasando de mano en mano.
Aristóteles concebía dos tipos de naturaleza, la primera de ellas era el gobierno, la otra naturaleza era la del comercio donde se realizaba el intercambio entre dos que lograba aumentar un bienestar mutuo, en particular cuando existen excedentes. En este contexto, y al contrario de su maestro Platón, Aristóteles concebía una economía mixta donde el aporte de individualismo y la propiedad privada promovían la eficiencia, el desarrollo económico y la paz social; el gobierno se quedaba con la tarea de redistribuir el ingreso. Esta teoría se convirtió en eje fundamental para los estudios sobre el valor realizados en la edad media, un período de escasa construcción de mercados
Aristóteles también expuso una división de los bienes entre los de primera necesidad y los bienes de lujo; también hizo una clasificación de las actividades productivas en sectores primario, secundario y terciario. Finalmente, entendió bien la idea de las economías de escala relacionada con el tamaño de las ciudades y se anticipó a Malthus respecto a los temores sobre el sobre-poblamiento.

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